viernes, 23 de septiembre de 2022

Dando gracias a Dios

Hoy el título de esta columna, nos lleva a conocer el deber de dar las “gracias” (o sea ser agradecidos). En estos tiempos, casi no se acostumbra el agradecimiento. Vemos y escuchamos muy poco al que agradece, o sea la persona agradecida. La palabra gracias, se convirtió en una forma de entender; que si damos las gracias es tal vez una humillación para el que la da ante el que la recibe. Pero, hoy vamos a leer como la persona más poderosa de la tierra, nunca se avergonzaba de dar gracias. Y especialmente a su padre… Vamos a ver (en esta historia bíblica) como Jesús nos enseña a dar las gracias, especialmente a las cosas que provienen de Dios. Mt. 15:32 Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: –Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. No quiero mandarlos sin comer a sus casas, porque pueden desmayarse por el camino. Mt. 15:33 Sus discípulos le dijeron: –Pero ¿cómo podremos encontrar comida para tanta gente, en un lugar como este, donde no vive nadie? Mt.15:34 Jesús les preguntó: –¿Cuántos panes tienen ustedes? –Siete, y unos pocos pescaditos –contestaron ellos. Mt. 15:35 Entonces mandó que la gente se sentara en el suelo, Mt. 15:36 tomó en sus manos los siete panes y los pescados y , habiendo dado gracias a Dios, los partió y los dio a sus discípulos, y ellos los repartieron entre la gente. Mt. 15:37 Todos comieron hasta quedar satisfechos, y aun llenaron siete canastas con los pedazos sobrantes. Mt. 15:38 Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Claramente, la multiplicación de los peces y de los panes se produjo cuando Jesús da gracias a Dios. Esta acción nos puede llevar a reflexionar que, dando gracias y especialmente a Dios tal como lo hizo Jesús, muchas cosas escasas en nuestras vidas pueden llegar a multiplicarse. Dice, que comieron cuatro mil hombres, sin contar mujeres y los niños quedando satisfechos y aún, sobró. Jesús en la última cena que comparte con sus discípulos, toma el pan y da gracias… Lc. 22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. Todavía no dejamos de admirarnos de ese gran milagro donde se alimentaron multitud de personas, y nos encontramos con otro casi similar. En este acontecimiento, el apóstol San Pablo se encontraba siendo trasladado como prisionero en un barco. Cuando se levanta una gran tempestad en el mar y tuvieron que pasar muchos días en el barco sin control y a la deriva. Hch.27:35 Al decir esto, Pablo tomó en sus manos un pan y dio gracias a Dios delante de todos. Lo partió y comenzó a comer. Hch.27:36 Luego todos se animaron y comieron también. Hch.27:37 Éramos en el barco doscientas setenta y seis personas en total. Volvemos a encontrarnos con un acto similar al que Jesús había hecho. Tomando el apóstol un pan y dando gracias a Dios, volvieron a alimentarse nuevamente doscientas setenta y seis personas. ¿Llegamos a darnos cuenta la importancia de dar gracias a Dios? Así nos enseña el apóstol San Pablo en…Ro.7:25 Solamente Dios, a quien doy gracias por medio de nuestro Señor Jesucristo. En conclusión: yo entiendo que debo someterme a la ley de Dios, pero en mi debilidad estoy sometido a la ley del pecado. Él (San Pablo) siempre se asumía como el primer pecador y eso que era muy cuidadoso de su conducta y de su temor a Cristo y, además, siempre dando gracias a Dios por medio de Jesucristo.1Co.15:57 ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! De Esta forma se debe dar gracias a Dios. Tal cuál como el apóstol San Pablo lo da por medio del mediador con Dios y nosotros, que es Jesucristo. Ef.5:20 Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.1Te.5:16 Estén siempre contentos.1Te.5:17 Oren en todo momento.1Te.5:18 Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús. No olvidemos que Jesús nos dice, Ap.3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Recordemos que la venida de Cristo está cerca, Ap.22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. Ap.22:21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén Gracias. Hasta la próxima

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