sábado, 19 de agosto de 2023

La adoración que agrada a Dios

Ap.4:8 …y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Ap.4:9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, Ap.4:10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Ap.4:11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. El último libro del Nuevo Testamento y de la biblia, describe perfectamente el cielo, como es el lugar del gran trono. Cuenta el apóstol San Juan, que el cielo no cesa nunca de alabar a Dios. De día y de noche adoran al Todopoderoso, y siempre, le dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive y reina por los siglos de los siglos, amén. De esta forma (como en el cielo) es que espera Dios, que se lo alabe en la tierra. Que todos los habitantes de este lugar, hagan lo mismo que hacen en el cielo sin cesar. Que hermoso cuando exclaman en la adoración del cielo (Ap.4:11), “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tu creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”. Lo adoran y lo claman con fervorosa verdad, con esa pureza de inocencia y humildad, gratificando la grandeza de un único Dios, sabiendo además que no hay otro al cual debemos todo. Nuestra vida entera, la de nuestra familia, el entorno que nos rodea, todo, por su voluntad existen y fueron creadas El cielo, es el universo mismo. Sí, esa inmensidad llena de misterios y secretos de la cual no tenemos el más mínimo conocimiento de la dimensión que alcanza. No sabemos adónde comienza, ni adónde termina. Dios, creo esto y más también. Este Dios, Jehová, que para Él no hay nada imposible, espera que el mundo clame y lo adore porque todo le pertenece. Sal. 66:4 todo el mundo te adora y canta himnos a tu nombre. Adoremos a Dios dándole gloria, como Él nos glorificó dando a su Hijo a la cruz, para que nuestros pecados sean redimidos, y honra, así como fuimos honrados nosotros. Dar gracias, en acción de gracias, por volver su vista e inclinar sus oídos hacia nosotros, en el momento de mayor necesidad, en la angustia y en la tristeza del alma, en el desconsuelo, en la soledad, en la desesperación anímica en donde parece que lo único que rodea, es muerte. En el cielo, todo es adoración y alabanzas. Multitudes de todas partes, claman a gran voz a nuestro Dios y al Cordero (Jesús), nunca se cansan. Ap.7:10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Ap.7:11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,Ap.7:12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Probemos adorar y alabar a Dios como hace el cielo, y las puertas de este, estarán abiertas para nosotros. Gracias. Hasta la próxima.

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